jueves, 4 de abril de 2013

INTRODUCCIÓN



Los reptiles son animales vertebrados. Se estima que hace unos 310 millones de años descendieron de los anfibios, pero no de los anfibios modernos de hoy en día sino otros anfibios que vivían en la tierra en aquellos tiempos. Con el transcurso del tiempo los mamíferos y las aves surgieron de los reptiles.





Son animales vertebrados que, al igual que los mamíferos, anfibios y aves, están dotados de cuatro extremidades y se les denomina, por esta razón, tetrápodos (cuatro patas), aun cuando las serpientes las han perdido tras un largo proceso evolutivo. Cada extremidad posee cinco dedos que terminan en uñas córneas adaptadas para correr, arrastrarse o trepar.
Los reptiles son animales poiquilotermos; es decir, la temperatura de su cuerpo varía según la que existe en el entorno, ya que no poseen mecanismos termorreguladores. Por esta razón, muchos lugares de la tierra con temperaturas extremas no han podido ser colonizados por los reptiles.
La osificación de su esqueleto es completa, a excepción del esternón que, en caso de existir, está formado por cartílago.
Su corazón está compuesto por tres cámaras: dos aurículas y un ventrículo parcialmente dividido. El corazón con cuatro cavidades solo aparece en los cocodrilos y se mantiene en aves y mamíferos.
La respiración la efectúan a través de los pulmones, y es bastante más eficiente que la de los anfibios, ya que los reptiles tienen costillas y músculos intercostales que permiten el agrandamiento de la cavidad torácica y la entrada de mayor cantidad de aire.
La mayoría de los reptiles son animales depredadores (hay tortugas herbívoras), algunos de los cuales -como las serpientes- han desarrollado complejas glándulas venenosas capaces de producir elaborados compuestos tóxicos.
Normalmente, los sentidos de los reptiles no son muy buenos, salvo el órgano de Jacobson, que cumple una función olfativa. Sin embargo, una característica importante que poseen es un ojo pineal o tercer ojo, que aparece en el embrión antes que los otros dos, aunque nunca llega a su pleno desarrollo, excepto en el grupo del tuátara de Nueva Zelanda  Este ojo se encuentra bajo la piel del cráneo y se comunica con el exterior mediante un pequeño orificio; es muy sensible a la luz pero, no forma imágenes.
Los sexos de los reptiles están separados y su fecundación es interna. Se reproducen por medio de huevos. Los machos poseen órganos copuladores, mediante los cuales se realiza la fecundación. Los huevos son grandes y contienen mucho vitelo (sustancias nutritivas) dentro de cáscaras. Por lo general los ponen, aunque en algunas especies las hembras los retienen hasta que finaliza su desarrollo.


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